Imagen sacada de Max Kirin, que da consejos y recopila información para escritores.

El ritmo es una cuestión imperceptible en la lectura, pero también fundamental. Es algo que ayuda al lector a engancharse, o por lo menos a no aburrirse. Con el ritmo quiero referirme a las palabras que escribimos en una sola frase, para el ritmo narrativo habrá otra entrada. Decidme, ¿alguna vez os habéis fijado en ello?

Quizás este artículo esté dirigido a autores más avanzados, pero también es bueno saberlo. Nunca es tarde para fijarnos en ello. Es complicado (en mi opinión) darse cuenta de cuántas palabras usamos en cada frase porque el estilo es algo que siempre dejamos para el final. De hecho, yo misma tengo problemas todavía con esto.

Voy a citar a Gary Provost, autor de varios libros de escritura (como 100 ways to improve your writing), que refleja a la perfección lo que quiero decir:

“This sentence has five words. Here are five more words. Five-word sentences are fine. But several together become monotonous. Listen to what is happening. The writing is getting boring. The sound of it drones. It’s like a stuck record. The ear demands some variety. Now listen. I vary the sentence length, and I create music. Music. The writing sings. It has a pleasant rhythm, a lilt, a harmony. I use short sentences. And I use sentences of medium length. And sometimes, when I am certain the reader is rested, I will engage him with a sentence of considerable length, a sentence that burns with energy and builds with all the impetus of a crescendo, the roll of the drums, the crash of the cymbals–sounds that say listen to this, it is important.”     

Que para aquellos que no sepan inglés traduciré:

“Esta frase tiene cinco palabras. Aquí hay cinco palabras más. Las frases de cinco palabras están bien. Pero muchas seguidas son monótonas. Escucha lo que está pasando. La redacción se hace aburrida. Su sonido es como un zumbido. Es como un disco rayado. La oreja exige variedad. Ahora escucha. Modifico la longitud de la frase, y creo música. Música. El texto canta. Tiene un ritmo agradable, una entonación, una armonía. Uso frases cortas. Y uso frases de longitud media. Y a veces, cuando estoy seguro de que el lector está adormecido, le despierto con una frase de una longitud considerable, una frase que quema con energía y que construye con todo el ímpetu de un crescendo, el redoblar de los tambores, el choque de los platillos – sonidos que dicen que escuches esto, es importante.”     

Con esta maravillosa cita de este señor no hace falta explicar nada más. Si escribimos muchas frases cortas, o muchas frases largas, o muchas frases de longitud media, el ritmo se vuelve monótono. Así que no lo hagáis. De todas formas, os aseguro que no es fácil dominarlo, y yo todavía hago aburridos textos con frases de longitud similar.

Si habéis leído ya el post anterior de "revisar, editar y reescribir" veréis que esta es otra de las cosas que podéis revisar de vuestro escrito. Es un detalle del que seguramente muchos lectores no se den cuenta, pero tras leer el párrafo de Gary Provost podemos ver que es esencial. ¿Qué opináis vosotros? ¿Es algo que cuidáis o ni os dais cuenta de vuestro ritmo?